Los recuerdos son mentira by Noe Casado

autor:Noe Casado [Casado, Noe]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2018-04-26T04:00:00+00:00

Capítulo 11

Dos años después

—No sé siquiera cómo decírtelo…

Me gustaría encender un cigarrillo mientras escucho a Vicente. Él ha insistido en que nos veamos en persona en vez de comentar por teléfono los asuntos relativos al nuevo libro. Cuando se lo envié se mostró entusiasmado, ya que me había concedido varias prórrogas, no obstante, ahora está que se sube por las paredes.

En ese aspecto tiene razón, pues yo había adquirido un compromiso que no cumplí. No me resultó fácil volver a concentrarme en la escritura. Tras mi separación de Marta, los días pasaban sin que me preocupara por hilar un argumento, por buscar datos que activaran mi creatividad. Me daba igual. Incluso llegué a prescindir del «trastero de las ideas», pues no me aportaba nada. He permanecido en estado de apatía absoluta demasiado tiempo, viviendo o casi subsistiendo. No he caído en la depresión ni he acabado borracho, sucio y desesperado, pese a que sí he pasado muchas horas solo, paseando sin otro objetivo que olvidar; a ser posible todo.

Sin conseguirlo, por supuesto, y de ese modo he terminado por aprender a vivir tal vez anestesiado, para que los pensamientos que me cabrean no aparezcan tan a menudo. Estuve tentado de visitar a un especialista, pero no lo hice y recurrí a mi fuerza de voluntad y a mis lecturas favoritas para alcanzar mis objetivos.

Cuando Vicente se ponía en contacto conmigo para ver cómo iba el libro, yo me limitaba a decirle buenas palabras para que no insistiera y nada más. A veces ni siquiera atendía sus llamadas. Prefería pasar el tiempo tranquilo, leyendo o paseando. Incapaz de sentarme frente al portátil y abrir un documento para empezar a trabajar.

Sin embargo, tanta desidia no era buena y fue mi hijo quien en una de sus visitas me lo hizo notar. Aitor no es muy hablador, pero sí se atrevió a decirme que no podía seguir indefinidamente «tocándome los cojones». Esas fueron sus palabras textuales. Él pensaba que toda aquella actitud apática y taciturna era producto de la separación, algo que no le aclaré, pues tampoco deseaba enrarecer más el ambiente.

No he hablado con nadie de los verdaderos motivos por los que mi matrimonio se ha roto. Ni creo que sea capaz de decirlo en voz alta. No es porque me guste torturarme, es más sencillo, solo me pertenece a mí.

—Ya el título, Si vuelve a ocurrir será diferente, me sorprendió —prosigue Vicente, negando con la cabeza—. Demasiado largo, confuso.

—A mí me parece muy comercial —contesto, dando a entender que cambiarlo no es negociable.

—Escucha, Ignacio, seamos sinceros, ¿de acuerdo? Empezando por el hecho de que te has retrasado casi un año en la entrega del manuscrito, lo cual, como podrás imaginar, supone un grave perjuicio económico para la editorial, pues tu próximo libro ya estaba anunciado y se había creado cierta expectación al respecto.

—Algo que siempre os recuerdo que no debéis hacer —lo interrumpo serio.

—Bien, aparte de ese inconveniente, me presentas una novela que… —se frota las sienes, intentando buscar las palabras precisas— no sé ni cómo calificarla.

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